NOSOTROS / US
Construir en México es un caos. Y no, no estoy exagerando.
Y no es porque los clientes sean difíciles, ni porque el presupuesto “esté apretado”, ni porque “así es la obra”.
No.
Es porque todos se lavan las manos.
Y tú pagas los platos rotos.
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Mira el panorama:
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El arquitecto te hace un diseño que parece salido de Pinterest… pero ni idea de cuánto cuesta.
El constructor cotiza, pero no entiende lo que el arquitecto quiso decir (porque tampoco le interesa mucho entenderlo).
Luego vienen los cambios: que si los permisos, que si “eso no se puede así”, que si “le salió otro precio”, que si “eso no lo cotizamos”.
Y cuando preguntas quién se hace cargo…
Silencio absoluto.
Todos apuntan con el dedo al de al lado.
Y tú en medio, viendo cómo se te va el dinero, el tiempo y la paciencia.
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¿Y sabes por qué pasa eso?
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Porque en México no se nos enseña a contruir en la escuela.
Aquí todos aprendimos a la mala.
Plomeros, electricistas, albañiles, arquitectos, ingenieros… todos.
Y claro, cuando no hay dirección ni cabeza, la obra se convierte en campo de guerra:
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Los herreros queman la carpintería.
Los electricistas arruinan los acabados.
Los albañiles se pelean con medio mundo.
Y nadie, absolutamente nadie, da la cara.​
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Ahora… te cuento cómo lo hacemos nosotros:
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No subcontratamos los trabajos importantes.
No trabajamos con “maistros” que aparecieron de la nada.
No te soltamos con tres proveedores distintos y un Excel incompleto.
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Todo está en casa: albañiles, plomeros, herreros, electricistas, carpinteros e instaladores.
Todos del mismo equipo.
Todos bajo la misma dirección.
Y lo más importante: todos hablan el mismo idioma.
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Para poner orden requerimos tener el control de todo para poderte asegurar el mejor de los resultados, nosotros mismos diseñamos, presupuestamos, tramitamos permisos, hacemos planos estructurales, eléctricos, de carpintería, de todo.
Nos encargamos de absolutamente todo.
Y tú solo tienes que hablar conmigo. Nadie más.
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Nada de “le paso su mensaje al supervisor”.
Nada de “es que el instalador no sabía”.
Si algo sale mal, es mi culpa. Punto.
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¿Nuestro único detalle?
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Esto no es para todos.
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No agarramos diez obras al mismo tiempo.
No corremos.
No metemos prisa.
Solo tomamos dos o tres proyectos a la vez. Los que realmente valen la pena.
Los que quieren hacer las cosas bien desde el principio.
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Así que si estás buscando algo diferente, algo que no huela a excusas ni se construya sobre promesas vacías…
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Llámanos.
Vemos tu proyecto.
Y si hay química, empezamos.
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Javier Sánchez, arquitecto.
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Building in Mexico is chaos. And no, I’m not exaggerating.
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And it’s not because clients are difficult, or because “the budget is tight,” or because “that’s just how construction is.”
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Nope.
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It’s because everyone washes their hands of responsibility.
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And you are the one left picking up the pieces.
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Here’s the big picture:
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The architect gives you a design that looks straight out of Pinterest… but has no clue what it costs.
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The contractor gives you a quote but doesn’t really understand
what the architect meant (and honestly, couldn’t care less).
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Then come the changes:
Permits,
“that can’t be done like that,”
“the price went up,”
“we didn’t quote that part.”
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And when you ask who’s responsible?
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Silence.
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Everyone points the finger at someone else.
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And there you are, stuck in the middle, watching your money, time, and sanity go up in smoke.
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Why does this happen?
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Because in Mexico, nobody teaches us how to build in school.
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We all learned the hard way.
Plumbers, electricians, masons, architects, engineers… all of us.
And of course, when there’s no clear direction, no leadership, the job site turns into a battlefield:
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The welders burn the carpentry.
The electricians mess up the finishes.
The masons fight with everyone.
And nobody—nobody—takes responsibility.
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Now… let me tell you how we do things:
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We don’t subcontract the important stuff.
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We don’t work with random “maestros” who show up out of nowhere.
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We don’t hand you off to three different suppliers and a half-baked Excel sheet.
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Everything is done in-house: masons, plumbers, welders, electricians, carpenters, and installers.
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One team.
One direction.
One language.
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To bring order, we need full control.
That’s how we guarantee the best results.
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We handle everything:
Design, budgets, permits, structural plans, electrical, carpentry—you name it.
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You only deal with me. No one else.
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No “I’ll pass the message to the supervisor.”
No “the installer didn’t know.”
If something goes wrong, it’s on me. Period.
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Our only catch?
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This isn’t for everyone.
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We don’t juggle ten projects at once.
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We don’t rush.
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We don’t cut corners.
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We only take on two or three projects at a time.
The ones that are worth doing right from day one.
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So if you’re looking for something different—
Something that doesn’t reek of excuses or fall apart on empty promises—
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Call us.
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Let’s look at your project.
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And if there’s chemistry, we get to work.
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Javier Sánchez, architect.
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